Danza y canto representativo de los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander. Ritmo usado en las romerías, bailes, fiestas patronales, viajes y correrías. Con la melodía los campesinos expresan en forma sencilla sus sentimientos religiosos, sus amores, como también la descripción del paisaje.
El traje consta de falda con adornos bordados a mano, en variedad de colores y diseños. Los motivos que ornamentan las franjas de adorno corresponden a temas simplificados, utilizados por los primitivos habitantes de la región y representativos de figuras simbólicas de la mitología aborigen. Las enaguas también son bordadas con motivos semejantes y en colores variados. La blusa hecha en tela blanca lleva un amplio escote engalanado con bordados multicolores y franjas en el cuello y en las mangas. La cabeza va cubierta con una mantilla negra, y sobre ésta jipa de alas planas; alpargatas blancas amarrados con galón negro complementan el vestido. El cabello va dispuesto en dos trenzas que rematan con lazos de cinta roja; aretes y collares vistosos.
• Traje del campesino
Combina de modo latente elementos de los trajes hispánicos e indígenas; del recato femenino común a las mujeres aborígenes y de descendencia española, y del profundo arraigo al campo, duro y frío de los altos Andes, pero que para el morador de estas tierras no es solo tierra, sino también patria.
Además del clima, el trabajo diario también es uno de los factores que hacen que los individuos cundinamarqueses se vistan de determinada manera. Es lógico; las labores comunes del campesino están asociadas con la tierra; por ello, las prendas que se usan frecuentemente son de color oscuro y algo gruesas para soportar las duras condiciones laborales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario